viernes, 17 de enero de 2014

@Rowen_Ravenclaw: Joanna Lannister



Los grandes ascendemos, y cuando es hora de caer, el golpe es pesado. Inolvidable.
La leona había caído, solo un ciego o un necio negaría la evidencia. La sangre espesa y la respiración lenta. Yo he sido mucho en mi corta vida, tanto, que el día que me esposé contigo, Tywin, juré por los Siete permanecer en tu historia siendo digna de ti y tú de mí.

El dolor era casi ridículo. Algo para lo que las mujeres hemos nacido me arrastra despacio, sin prisa. Todo a mi alrededor se mueve con pesadez. Los maestres trabajan con torpeza y Roca Casterly ha perdido el brillo dorado. Veo en gris, toso en rojo, hablo en negro.
El llanto de mi tercer hijo se aleja o tal vez soy yo, negándome a asumir que he de abandonarlo. Niño o niña. Cuídate bien. Eres un cachorro, crece y sé una fiera.

La leona ha caído, pero no voy a arrastrarte conmigo, Tywin. Eres y has sido tanto. Y puedo jurar con la mano en el pecho, que seguirás siendo grande hasta que los hombres olviden sus canciones. Te veo devastado y eso me quita fuerzas. He cerrado los ojos, porque es la última visión con la que desearía marcharme. Si he vivido como una Lannister, me resignaré a mi muerte como tal.
Respirar me encharca los pulmones, por eso lo hago con moderación, y tus manos sujetando la mía, acogiéndola como un pajarillo, son el único calor que siento ahora mismo.
Me voy, mi amor, mi esposo. Eso lo sabes, aunque tengas que aprender asimilarlo. Ojalá pudiese decirte todo lo que me pasa por la cabeza en estos instantes, pero hablar es un privilegio para los que tienen la vida por delante.

Las voces a mi alrededor, amortiguadas por mis propios pensamientos se alejan hasta quedar un silencio pesado en la habitación, que huele a sangre y a cansancio. Los has echado para, erróneamente, velarme.
No estoy muerta, mi señor, no aún. El tiempo corre y yo bajaría a los Siete Infiernos solo para poder despedirme.
Me crees muerta y es una sensación tan nueva y devastadora que me ahoga en mi propia tristeza interior. Todos hemos deseado saber alguna vez qué sería de nuestros allegados una vez faltemos nosotros. Para mí, vivir esa misma situación es un castigo a mi ya maltrecho cuerpo. Estás cansado, estás viejo en tu juventud. Y dentro de poco, vas a estar solo.

Ojalá me escuchases pensar, ojalá pudiese gritar, pero solo me queda rogar a aquellos que me aguardan, que cuiden de ti hasta que llegue el momento de poder volver a hacerlo yo.
Júrame que vas a cuidar de Cersei, júrame que será tan bella y reina como me prometiste. Jura guiar a Jaime, haz que sea tan grande que no lo recuerden sólo por ser nuestro hijo. Y de la nueva llegada, de nuestro cachorro de león, hazle saber de su madre, háblale de mí hasta que sienta que jamás he faltado.

Pero sobre todo, asegúrate de ser feliz, Tywin. Vive en la grandeza, jamás te doblegues, que tu rugido no se apague y yo te juro que descansaré en paz hasta vuelva a ser nuestro momento.

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